
Miri del Real Manzur
Nota Pride, mes del orgullo.
Despiertas.
Escuchas el canto de un pájaro… o el de un auto.
Parpadeas unos segundos antes de apagar la alarma que insiste en arrancarte el
sueño.
Bostezas. Te estiras. Y con algo de esfuerzo, te levantas.
A veces cuesta. Muchas veces, a decir verdad.
Tal vez por el cansancio.
Por el peso de la rutina.
O porque, simplemente, hay días en los que no quieres habitar el mundo tan temprano.
Pero despiertas. Sí lo haces.
Caminas hasta la cocina.
Te preparas un café.
Lo sostienes entre las manos como si fuera el ancla para quitarte el frío y todavía un
poco lo dormido.
Y mientras le das el primer sorbo, te quema la realidad.
¡Qué difícil, a veces, es despertar! ¿No?
Algo tan natural, tan necesario y tan cotidiano… como lo es el caminar.
Abrazar. Amar. Mirar. Dar la mano. Sonreír.
Y hasta ser libre.
¡Imagina que todo esto te cueste tanto!
Ahora también imagina que…
Amar se sienta como desnudarte en público.
Que abrazar no sea por confort, sino por pánico.
Que el mirar vaya en búsqueda de cuidado y no de conexión.
Que tu miedo no sea el de fracasar, sino el de existir.
Que ir al cine se convierta en tu peor película de terror.
Que vestirte sea tu mayor represión.
Y que el sonreír, sea solo una parte de tu verdad.
Pero, ya no lo imagines…
Así se siente despertar en la realidad de quienes viven cada gesto, como un acto de
riesgo.
De quienes se ocultan. Se contienen. Se borran.
Tan solo para poder seguir.
¿En qué momento el existir se convirtió en el acto más arriesgado?
En este… Y en este mundo.
En el que a cada paso, en cada “así soy yo” y en el silencio, crece el orgullo. Y una
constante revolución.
En el que una sonrisa sincera y un abrazo sin miedo, son parte de la resistencia más
hermosa.
Porque sí:
Ser tú, no debería ser tan valiente.
Pero como aún lo es,
sigamos despertando conciencias,
y cambiando la cotidianidad, que para la comunidad,
aún duele y mucho